Mujeres de fe que sueñan y arriesgan
Desde la vida fraterna
Favorecen la cultura del encuentro
Soñamos en comunidades contemplativas, con el corazón centrado en Jesucristo, que escuchen, acompañen y disciernan, abiertas al Espíritu y despiertas a las necesidades de la Congregación, de la Iglesia y del mundo.
Soñamos con afianzar un estilo de diálogo sincero y sereno, de acogida, ternura y aceptación de la diversidad.
Soñamos vivir en discernimiento personal y comunitario, para acoger la nueva propuesta de vida sinodal, que el Espíritu nos hace.
Soñamos con estilos de liderazgo y gobiernos inclusivos, acogedores, empáticos, abiertos, con autoridad moral, empeñados en aprender un liderazgo en el espíritu, capaces de cultivar la cultura del cuidado y del acompañamiento.
Soñamos ser comunidades en salida, signos de esperanza, desde las actitudes y sentimientos de Jesús.
Soñamos seguir promoviendo la Misión Compartida, la participación de los laicos, consultando, escuchando y delegando.
Para pensar y orar